Agradecimientos anónimos
Ahí estaba yo parado en la calle, esperando. Un señor con sombrero norteño muy cerca de mí cargaba una bocina y cantaba una canción. No estaba tan desentonado a pesar de su voz cansada y un poco lastimada. Me alegró escucharlo, busqué una moneda en la bolsa de mi pantalón, por suerte traía. La canción…